Diarios viajeros

Puerto Sóller con niños, tranvia y playas

Aunque fue un viaje de cuatro días, solo dos lo dedicamos íntegramente al turismo, y hoy tocaba ver Puerto Sóller con niños . Ya no éramos esa pareja que exprimía a tope los días para ver cada rincón de los lugares que visitábamos.

Hoy cogíamos el coche para ver Puerto Sóller, un pequeño pueblecito costero de la isla situado al norte de la misma.

Cómo llegar a Puerto Sóller

Para poder llegar a Puerto Sóller o Port Sóller se puede hacer de dos maneras:

  • En coche.
  • En un tren de época que sale desde la ciudad de Palma hasta Sóller (pueblo de mismo nombre en el interior). Desde ahí un pequeño tranvía os llevará hasta el puerto.

Nosotros elegimos en coche porque así podíamos ir más tranquilos con la niña y llevar todo lo necesario para ella y para nosotros.

Separados del resto de la isla por la sierra de la Tramuntana, Sóller y Port Sóller salieron adelante gracias al mercado francés y su comercio en la antigüedad. Para poder mejorar las comunicaciones, se ha construido un túnel de tres kilómetros de largo que evita recorrer las sinuosas curvas de la sierra.

Para ver Puerto Sóller con niños, quisimos hacerlo cerca del paseo marítimo, para no tener que andar mucho con el carro. Se puede hacer en un parking público, como el de la calle Lepanto.

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Sierra de la Tramuntana

Según los carteles que había en el parking, era gratuito en la época que fuimos nosotros, pero si no, es un euro la hora, hasta los ocho euros que ya pasaría la estancia a 15 horas (un día completo según indican ellos).

Puerto Sóller

Puerto de Sóller es perfecto para ver con niños. Una bahía en forma de concha, con un puerto pesquero y embarcaciones de recreo, dos playas para uso y disfrute del personal muy tranquilas y casi sin oleaje y un paseo marítimo que hará que no te canses de caminar por el.

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Embarcaciones

A lo largo del paseo marítimo discurre el tranvía partiéndolo en dos. A un lado con tiendas y restaurantes y al otro para poder caminar y disfrutar de la playa.

Podéis sentaros a comer, un café, una cerveza o un helado en uno de los restaurantes que se encuentran en el interior del paseo. O si lo preferís, en las grandes terrazas que algunos restaurantes tienen montadas en la zona en la que el paseo marítimo es más ancho.

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Puerto Sóller

Cuidado si os vais a comer en Puerto de Sóller, no por el precio, ya que nos parecieron bastante asequibles, si no por el horario. Todas las promociones que hay, a las dos de la tarde las quitan, tienen el horario para extranjeros (ingleses, alemanes franceses, etc), y si quieres ir a comer a las dos-tres de la tarde, ya no te podrás acoger a esa paella con postre por 14€ y tendrá que ser la de 16€ sin postre.

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Dique en Puerto Sóller

Nos sentamos a comer una rica paella a orillas del mar en la terraza del Bar Albatros. Para el postre fuimos a una heladería de helados artesanos y nos sentamos en la orilla de la playa mientras que Keira jugaba.

Uno de los planes más chulos que se puede hacer en Puerto de Sóller es alquilar un barco (los hay que no requieren licencia de navegación) y así poder navegar a tu aire por la costa norte de Mallorca. El tener la Sierra de Tramuntana cerca, hace la costa esté repleta de calitas, acantilados y lugares preciosos donde bucear en aguas cristalinas. Os recomendamos la empresa de alquiler de barcos MaksyBoats, una de las mejor valoradas en este destino.

Estuvimos un ratito los tres disfrutando de la playa y nos fuimos al coche para ir a Palma a dar un vuelta y comprar las ricas ensaimadas mallorquinas, para traer a la península y repartir entre la familia. 

Castell de Bellver

Primero fuimos a ver el Castell de Bellver (o Castillo de Bellver). El castillo se encuentra a las afueras de Palma. Construido en el siglo XIV de estilo gótico, tiene una peculiaridad importante, y esta es su planta circular, que guarda en su interior un patio también circular con cuatro torres perfectamente orientadas hacia los puntos cardinales.

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Patio del Castillo de Bellver

La torre del norte, la Torre Mayor o del Homenaje, es la única que se encuentra fuera del conjunto arquitectónico. Está considerado una obra innovadora en el estilo mallorquín al no encontrarse referentes anteriores.

Después fuimos a ver la Catedral de Palma, ya que la cuando fuimos la otra vez recordaba que habíamos comprado cerca las ensaimadas. Antes de ir a por ellas, estuvimos dando un paseo tranquilamente aprovechando que Keira se había quedado dormida en el camino.

Palma de Mallorca

Nos llevamos una sorpresa al llegar a la explanada junto a la catedral. Había un mercadillo con puestos de comida y artesanías, carpas con información sobre ensaimadas y un concurso de la mejor ensaimada. Y es que no sabíamos que el 1 de marzo es el día de Baleares, así que sin quererlo, estabamos en medio de la celebración de su día más importante.

Ver la catedral por fuera ya impresiona, construida desde el siglo XIII hasta el XVII, su estilo predominante es el gótico, aunque también cuenta con pinceladas de las épocas modernas y contemporáneas

Si tenéis la posibilidad de viajar a Mallorca en febrero o noviembre, hay un fenómeno que ocurre en la catedral, el “espectáculo del ocho”.

Este espectáculo tiene lugar los días 2 de febrero y 11 de noviembre. El rosetón mayor deja entrar la luz exactamente hasta la pared opuesta donde se encuentra el rosetón menor, proyectándose el mayor debajo de este y formando un ocho perfecto. En el blog de los chicos de “Salta conmigo” lo podéis ver.

Cerca de la catedral se encuentra el arco de la Drassana. Un arco apuntado de 18 metros que en la antigüedad daba paso al muelle de un puerto privado que perteneció al palacio de la Almudaina.

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Arco de la Drassana

Nezman

Debajo de la catedral, hay un pequeño lago artificial y una gran explanada para poder dar un paseo. Debido la festividad local, habían montado una exposición del artista Nezman. Nosotros no lo conocíamos, pero trabaja la piedra y el hierro para crear esculturas muy curiosas de animales.

Buescamos la tienda de las ensaimadas (la cual no encontramos, creemos que había cerrado) y pusimos rumbo al hotel.

Después de ver Puerto Sóller y Palma con niños, nos fuimos a dormir, al día siguiente salíamos de vuelta para Madrid. Y lo mejor de todo, sin usar nuestro seguro de viaje familiar.

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Atardecer y al fondo la marina

Antes de dejar las Islas Baleares decidimos ir a por las ensaimadas, así que buscamos en Google cuales eran las mejores y para allá que fuimos. Y la verdad, que no defraudaron.

«Disfruta de cada momento».

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Javier Esteban del Río
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