Castilla y León

Morón de Almazán y Almazán, pueblos bonitos de Soria

Un 22 de abril de 2.019 nuestra sorpresa fue recibir un correo de Borrón y Cuenta Nueva preguntándonos si estábamos interesados en ir a conocer las localidades sorianas de Morón de Almazán y Almazán. Casi sin pensarlo, ya estábamos apuntados, la mitad eran blogger sobre viajes y turismo y la otra mitad sobre moda.

El día señalado para la visita fue el 8 de mayo de 2019 a las 8:30 de la mañana. El lugar de la quedada desde donde saldría el autobús que nos llevaría hasta Morón de Almazán sería la conocida Plaza de Toros de las Ventas.

En este viaje solo iría yo (Javi), ya que no íbamos a ir con la niña y con todo el grupo, y cuál fue mi sorpresa fue al llegar al punto de reunión, que allí se encontraba una compañera de trabajo que también estaba invitada, resultando ser una de las bloggers con más seguidores de España, Alicia de Rutas por España.

Ya todos en el autobús, partimos hacia Morón, a tan solo dos horas en coche de la capital madrileña por la autopista de Barcelona, la A-2.

Morón de Almazán

Llegados a Morón de Almazán, nos recibieron en el polideportivo donde nos invitaron a desayunar. Pudimos probar uno de los mayores manjares de la tierra soriana, sus torreznos.

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Torreznos y chorizo de Soria

En el recibimiento nos contaron que el pueblo actualmente es un pueblo de lo que en España se ha empezado a llamar la “España vacía”, donde con apenas 200 habitantes, resiste al paso del tiempo.

Soria, por desgracia, es una de las provincias más deshabitadas, con solo 90.000 habitantes en toda la provincia, 35.000 se encuentran en la capital.

A pesar de ser un pueblo con tan pocos habitantes, está lleno de hermosura allá por donde vayas. Sus gentes quieren que no quede en el olvido y se llene de gente que lo vaya a visitar, de ahí nuestra visita.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Tras reponer fuerzas subimos por sus antiguas calles, con hermosos carteles donde leer el nombre de estas, hasta llegar a la renacentista Plaza Mayor. La plaza se distingue por sus edificios principales divididos en tres alturas: arriba, lo más cercano a Dios, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; en segunda posición, la aristocracia con el Palacio de los Hurtado de Mendoza; y por último, pero no menos importante, el gobierno, con el Concejo o Casa Consistorial. Debajo de estos tres estamentos ya se encontrarían las viviendas del pueblo llano.

En el año 1.540 el señor Hurtado de Mendoza mandó construir una torre anexada al Palacio la cual, a su vez, se utilizaría de campanario. A través de esta torre, los Mendoza tendrían acceso a la iglesia sin tener que pasar por la puerta principal al igual que lo hacía el resto del pueblo.

En lo más alto de la torre, sobresale un pequeño balcón, desde donde se dice que los señores contemplaban todas las tierras que poseían. Actualmente el palacio y la iglesia ya no están unidos a través de la torre, debido a las nuevas leyes de enterramientos, se tuvieron que sacar los cuerpos enterrados dentro de la iglesia y se creó un pequeño cementerio entre estos.

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Cementerio

Una peculiaridad de la iglesia de Morón de Almazán es que al estar construida sobre los pies de una ladera, se iba adaptando a ella, por lo que no está completamente recta.

Palacio Hurtado Mendoza

El Palacio se ha reformado y se ha convertido en uno de los museos de trajes más importantes a nivel estatal. Es uno de los pocos que reproduce fielmente los trajes típicos “de casar” de diferentes zonas de España (principalmente de Castilla y León).

Nuestra visita comenzó por el ajuar de la novia, una cama de “Lagartera” completamente vestida, ropa blanca y ropa interior como camisones, pololos o camisas.

La segunda parte contemplamos los 17 “trajes de casar”, desde los del Pirineo hasta los del Duero, desde tierras manchegas a leonesas. Joyas textiles que el tiempo nos ha dejado para la posteridad, incluso algunos con elementos que se pueden remontar hasta el siglo XVI. Podremos ver el traje de Vistas de La Alberca, los trajes de la Mariña gallega o el Valle de Ansó, en Huesca.

En la parte final de la visita al museo contemplamos los trajes de novia. Eempezamos por el más antiguo, al estilo de la Reina Victoria de Inglaterra y que data del año 1.840.

La exposición se compone de 32 trajes de novia de todos los estilos, corte princesa, estilo modernista, cortos, largos, colores negros, crema o blanco. Incluso los más modernos y de grandes modistos españoles como Balenciaga o Pedro Rodríguez, o europeos como Dior.

Cabe destacar algunos trajes, como un modelo italiano realizado en una sola pieza y sin ninguna costura, o de color negro. Este fue muy representativo en España por ser un elemento de respeto y por el luto de la reina María Mercedes.

Aun con el luto, se puede ver un vestido al estilo que llevó Pastora Imperio en 1.911 y que fue portada de la prensa de la época, al ser negro azabache con velo blanco.

Tras la visita al Museo del Traje,dimos una pequeña vuelta por la plaza de Morón de Almazán y sacar unas fotos, una de ellas esta del Rollo Jurisdiccional. En la antigüedad, el que la villa tuviese un Rollo Jurisdiccional, indicaba que tenía plena jurisdicción, indicando al régimen al que estaba sometida. Hasta las Cortes de Cádiz en 1.812, también era uno de los lugares donde se ajusticiaba a los delincuentes.

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Rollo Jurisdiccional y vistas de la Plaza Mayor

Volvimos al autobús y pusimos rumbo a otro pueblo de la zona, Almazán, donde pararíamos para comer y conocer también la Iglesia de San Miguel.

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Balcón de la torre campanario de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Almazán

Aunque no se tiene constancia de su fundación, se sabe que esta fue de origen musulmán, pasando a ser reconquistada en 1.068 por los cristianos a cargo de Alfonso VI y de nuevo a manos musulmanas. No fue hasta principios del siglo XII, que Almazán no pasaría a formar parte cristiana.

La primera parada fue en el antiguo Convento de las Monjas Clarisas, clausurado y transformado en un espacio hostelero digno de contemplar. Imaginaos un convento de altos techos abovedados, vigas de madera, grandes ventanas de madera, pero con un toque moderno y cocina de diseño. Eso es ahora el Convento Grumer.

Mientras degustábamos los catorce platos del cocktail y los tres postres, estuvimos contando nuestras batallitas de los viajes, cosas sobre el blog y RRSS. En este tiempo tuve la ocasión de conocer a Nacho de Dos a la deriva y a Pilar y Paco de Turisteando por el mundo.

Ahora tocaba bajar la comida, así que fuimos dando un alegre paseo por las calles de Almazán hasta llegar a su castellana Plaza Mayor. Aquí se ubican el Palacio de Hurtado de Mendoza (ahora parte es la oficina de turismo), la Iglesia de San Miguel. Al lado hay un mirador con el mismo nombre y el arco-campanario, antigua puerta de la villa.

El palacio fue construido por la familia Hurtado de Mendoza en el siglo XV. Su fachada de estilo renacentista está formada por seis ventanas en la primera planta y el mismo número de balcones en la segunda planta, separados tres y tres por la puerta principal, donde en su parte superior hay otro balcón más grande y el escudo de la familia.

Entre la iglesia y el palacio podemos ver dos estatuas, una de Diego Laynez, jesuita nacido en Almazán en el 1.512 y padre del Concilio de Trento, y otra de “El zarrón”, representando un antiguo ritual.

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El zarrón

En la oficina de turismo, podréis ver una pequeña proyección sobre la historia del pueblo, así como las dos puertas de un tríptico pintado por el pintor flamenco Hans Memling. Su localización en Almazán se atribuye a que, entre el año 1.475 y 1.515, los Reyes Católicos estuvieron en el Palacio de Hurtado de Mendoza.

La Iglesia de San Miguel, de estilo románico, data del siglo XII. Esta iglesia, debido a la mezcolanza de estilos arquitectónicos que hubo en Almazán y sus habitantes, contiene una pequeña peculiaridad. Su bóveda central no es como una iglesia románica al uso, sino que está compuesta por una cúpula formada por nervios que parten en pareja dejando en el centro un octógono que hace de linterna y dibujando una estrella de ocho puntas.

Esta iglesia tampoco está recta, y es que está en la ladera que baja hasta el río Duero, el cual se puede ver desde el mirador.

Para acabar el viaje salimos de la Plaza Mayor pasando por la antigua Puerta de la Villa hasta llegar a orillas del río Duero, donde el autobús nos recogería y nos llevaría de vuelta hasta la Plaza de Las Ventas.

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Puerta de la Villa

A la vuelta ya nos conocíamos un poco más todos los que íbamos, pero me dio tiempo a conocer a Let de Aprendiz viajero.

Sin más, desde Vamos a Viajar queremos dar las gracias a Luis y Laura de Borrón y Cuenta Nueva, Diputación de Soria por invitarnos a Morón de Almazán y Almazán.

«Disfruta de cada momento».

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3 comentarios en «Morón de Almazán y Almazán, pueblos bonitos de Soria»

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