Santurce, Guecho y Portugalete en un día
Último día por tierras vizcaínas y nos disponíamos a ver algo Santurce que yo ya conocía muy bien. Es la zona que llevo recorriendo desde niño cuando subía a ver a mi familia. También íbamos a ver los pueblos de Guecho (Guetxo) y Portugalete.
Nos levantamos sin prisa y cogimos el metro en la parada de Deusto para recorrer en el metro de Bilbao nueve paradas hasta llegar a la estación de Gobela, en el pueblo de Guecho.
Guecho y Portugalete tuvieron un pasado común, al compartir ambas la misma actividad económica, la industria marítima, aunque no fue igual para ambas.
Gran parte de la riqueza generada acabó en la margen derecha (como se conoce entre los lugareños a la zona de Guecho), como demuestran las grandes mansiones que allí se ven, mientras que en la margen izquierda (como se conoce a los pueblos de Portugalete, Santurce, Sestao, Barakaldo…), se quedaron los obreros y la industria.
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Guecho
En Guecho disfrutamos del buen tiempo recorriendo su paseo marítimo. Pudimos ver las mansiones y contemplando la “Marina el Abra”, primer puerto deportivo que se abría en el País Vasco, en el año 1.998.
Continuando por el paseo llegamos a la playa de Las Arenas, una de las dos playas urbanas que tiene el pueblo. Es apta para el baño, disponiendo de baños, duchas y socorrista para quien se atreva a darse un chapuzón en el Cantábrico.
Al lado de la playa se encuentra el parque de Evaristo Churruca. En 1.908, termino la canalización de la ría y se encargó de la construcción del Puerto Exterior de Bilbao, permitiendo la industrialización de la zona.
En el parque se encuentra un monumento de casi 30 metros de alto en el que se pueden ver varias figuras de bronce. A izquierda y derecha, las figuran representan la navegación y la industria respectivamente, mientras que en el parte frontal se puede ver una escultura de Evaristo Churruca contemplando lo que se interpreta como una lucha entre el hombre y Poseidón. Se ve a Poseidón en el suelo habiendo perdido la compostura y su corona y al hombre “ganando terreno” al mar, de pie y entero.
Puente Colgante
A escasos 500 metros del monumento, se encuentra lo que toda persona (por lo menos de España) tiene que conocer en su vida, el “Puente Colgante” o “Puente de Vizcaya”. Es uno de los puentes más singulares del mundo y, durante décadas, el único medio para cruzar de un lado a otro de la ría.
Debido al auge de la zona y al paso incesante de navíos cargados de hierro dirección a Inglaterra, no se podían permitir una construcción típica de un puente levadizo que ralentizase los viajes.
Se les ocurrió la idea un puente transbordador, en el que una góndola que cuelga desde una estructura de acero de 61 metros de alto, cruza la ría en 90 segundos de un lado a otro, transportando seis vehículos y unas 200 personas por viaje.
Inaugurado en 1.893, está considerada una de las obras más extraordinarias de la Revolución Industrial en Europa. Pasó a formar parte del patrimonio de la humanidad de la UNESCO en 2.006.
Actualmente cuenta con una pasarela superior por la que también se puede cruzar a más de 61 metros sobre el nivel del mar, y tiene un coste de 8€. Nosotros aún no hemos pasado por arriba, aunque creo que me tocaría pasar solo.
Portugalete
Ya en Portugalete, tomamos un café a los pies del ayuntamiento, cerca de la oficina de turismo. Después subimos por la calle Santa María hasta el Mirador del Campo de la Iglesia, desde donde se obtienen unas vistas preciosas del Puente Colgante, la ría y su desembocadura y la margen derecha.
Santurce
Fuimos a ver el puerto de Santurce sin dejar de ver el Palacio Oriol. Construido en 1.902 fue destino de las clases adineradas que querían disfrutar de las aguas cantábricas.
En el puerto no podía faltar la visita obligatoria, ir hasta la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, y rodearla. Ver los barcos pesqueros que aguardaban al día siguiente para salir a faenar o ver los grandes ferris que vienen y vas desde Santurce a Inglaterra.
El coche lo habíamos dejado en Santurce el ultimo día que lo cogimos, para así evitar la zona azul en Bilbao. Antes de volvernos a Bilbao con él para empezar a preparar las maletas decidimos subir al Monte Serantes.
Monte Serantes
Al Serantes se puede subir o bien andando desde Santurce (aproximadamente unas dos horas subir y bajar) o subir en coche. Con una altura de 451 metros, en la subida tanto a pie como en coche, se puede ver un fuerte que se creó en la Guerra de Sucesión, bajo el reinado de Felipe V. En 1.910 fue abandonado y actualmente se está restaurando para convertirse en albergue.
Y en lo más alto del Monte Serantes, podemos ver los restos de “El Torreón”, construido en 1.868. En sus alrededores se han instalado antenas de comunicación por la buena ubicación. Desde este punto, puedes ver las mejores vistas de Santurce y todo el “Abra Exterior” del Puerto de Bilbao.
Volvimos bajando con cuidado por la estrecha carretera hasta Santurce para despedirnos de mi familia. Fuimos a Deusto, donde teníamos el alojamiento de AirBnb a empezar a preparar las maletas para salir al día siguiente ya para Madrid.
«Disfruta de cada momento».
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