San Juan de Gaztelugatxe, Bosque de Oma y Guernica en un día
Primer día que nos despertábamos en Bilbao para ver San Juan de Gaztelugatxe. Tras pasar una noche en una cama de verdad, nos disponíamos a contemplar unos de los paisajes que más ganas teníamos de ver de todo el viaje, el Bosque de Oma y San Juan de Gaztelugatxe (también conocido en la actualidad como “Roca Dragón” 😀 ).
Nuestra primera parada iba a ser el Bosque de Oma, a tan solo 45 kilómetros de Bilbao. También conocido como el Bosque Pintado o Bosque Encantado, es obra del pintor Agustín Ibarrola.
En el mapa tenéis el punto exacto desde donde empieza la ruta. Es un parking bastante grande. Hay un bar donde podréis comer o comprar bebidas y también dispone de un pequeño merendero a la sombra.
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Bosque de Oma
Este bosque se caracteriza por las pinturas de figuras geométricas, de animales o incluso humanas que el autor fue realizando en los árboles, en su mayoría pinos.
Estas pinturas no se encuentran en un solo árbol. Para poder contemplar una obra al completo, debéis situaros en un punto estratégico para unir varios troncos de los árboles y formar la figura correcta.
En el suelo hay unas marcas que van indicando el número de la obra y hacia donde hay que mirar para poder verla. Esta ruta tiene siete kilómetros de longitud y es circular. Se puede realizar en un tiempo de dos horas (más el tiempo que estéis sacando las fotos). Es perfecto para ir con los más peques a disfrutar de la naturaleza y del aire libre.
La ruta en Wikiloc por si la queréis mirar.
Nos quedamos a comer en el merendero que os decía. Compramos unas latas y agua en el bar, y nos comimos nuestros bocatas de tortilla tranquilamente a la sombra antes de continuar el camino hasta Guernica.
Para aparcar en Guernica, os recomendamos hacerlo pasadas las vías del tren. Cerca de la antigua armería Astra, ahora convertida en la primera fábrica de creación de cultura del País Vasco, hay un parking bastante amplio donde poder dejar el coche sin problemas así como calles que recorren el polígono cercano, donde también se encuentran supermercados por si necesitáis comprar algo.
Guernica
Guernica es una ciudad de unos 17.000 habitantes que cuenta con una de las historias más atroces que se recuerdan de la Guerra Civil Española.
Un 26 de abril de 1.937 se produce el conocido bombardeo de Guernica. Aviones de la Legión Cóndor, destacamento de la Luftwaffe nazi, bombardean Guernica durante cuatro horas hasta reducir a escombros por completo la ciudad.
El objetivo no era otro más que la población civil ya que fue realizado un lunes de mercado. A las personas que conseguían escapar, las esperaban en los montes con ametralladoras para acabar con su vida.
Nuestra primera visita al llegar a Guernica, fue al Refugio antiaéreo de Astra (está a pie de calle y se puede acceder libremente), a escasos cien metros del parking. Este refugio fue construido en 1.936 para cobijar a los trabajadores de la fábrica Astra y otras fábricas cercanas. Fue ocultado bajo un falso techo para dar la apariencia de vivienda y así evitar que fuese atacado.
Mural del Guernica de Picasso
Tras entrar en el refugio, fuimos a contemplar el Mural del Guernica de Picasso. Construido en una pared a base de baldosines, es una réplica de igual tamaño que el cuadro original expuesto en el Museo Reina Sofía de Madrid.
El horrible bombardeo que asoló por completo la ciudad de Guernica, fue lo que inspiró a Picasso a realizar el cuadro y, aunque no haya una referencia explícita al bombardeo, en él se puede contemplar el sufrimiento y el dolor que los guerniqueses pudieron sufrir durante aquel lunes de 1.937.
Parque de los Pueblos de Europa
Cerca del Mural del Guernica se encuentran el Parque de los Pueblos de Europa, La Casa de Juntas y el Árbol de Guernica.
Inaugurado en 1.991 junto a La Casa de Juntas, el Parque de los Pueblos de Europa es un lugar perfecto para dar un paseo. Por su interior transcurren pequeños arroyos que van formando un camino de agua, incluso dejándose caer por pequeñas cascadas en algunos momentos. Cabe destacar la escultura encargada por el Gobierno Vasco para conmemorar el 50 aniversario de los bombardeos, de nombre “Gure Aitaren Etxea” (“La casa de nuestro padre” en castellano), obra del escultor Eduardo Chillida.
La Casa de Juntas
Bajo el parque, se encuentran dos de los símbolos políticos más importantes de todo el País Vasco:
- El Árbol de Guernica
- La Casa de Juntas.
En la Edad Media, era común que las diferentes comunidades se reuniesen bajos los árboles para decidir sobre el futuro de estas mismas.
Los Señores de Vizcaya se reunieron bajo el de Guernica para jurar respetar las libertades de Vizcaya y donde se establecieron los llamados “fueros”, concebidos por los Señores de Vizcaya y el Rey de Castilla hasta las Guerras Carlistas en el siglo XIX.
La Casa de Juntas fue diseñada por el arquitecto Antoni de Etxeberria en estilo neoclásico y su construcción se terminó en el año 1.833. Su habitación principal es la Sala de Juntas, donde se celebran los plenos de la Asamblea general de Vizcaya.
Decorada con retratos de diferentes Señores de Vizcaya y algunos elementos de una antigua iglesia que allí se encontraba, hacen que la habitación tenga una hermosura indescriptible.
San Juan de Gaztelugatxe
Tras conocer Guernica y su historia, nos desplazamos a treinta kilómetros hasta una de las visitas más obligadas. Fuimos a ver San Juan de Gaztelugatxe, o como se conoce en Juego de Tronos, “Roca Dragón”.
Nosotros fuimos cuando aún no era famoso y no estaba tan masificado como ahora, por lo que igual tenéis que ir temprano para no encontrarlo lleno de gente y llenos los parkings.
Para poder acceder, tendréis que dejar el coche en alguno de los parkings que se encuentran en la carretera. Bajar por el serpenteante y empinado camino que sale desde el lateral del Bar Eneperi.
Esta bajada de aproximadamente un kilómetro (incluido el acceso a uno de los miradores), desemboca en un puente de piedra construido por la mano del hombre que da acceso a la una isla tan pequeña como impresionante.
La ermita dedicada a Juan Bautista
En lo alto de la isla en forma de cono y tras subir los zigzagueantes 241 escalones, llegamos hasta la pequeña ermita dedicada a Juan Bautista.
En el frontal de la ermita se encuentra una campana con una cuerda, en la cual dice la leyenda que si tiras de ella tres veces y pides un deseo, este se te cumplirá.
Bajamos los 241 escalones y subimos el kilómetro de camino hasta llegar de nuevo a la carretera.
Para recuperar fuerzas, nos tomamos una cerveza en la terraza de la pensión Gaztelu Begi. Al no poder ver San Juan de Gaztelugatxe, es de las más tranquilas de la zona y puedes contemplar un atardecer muy bonito.
Tras recuperar fuerzas, fuimos camino de Bilbao recorriendo la costa de Vizcaya hasta Bakio para ya bajar hacia el interior y coger la autovía que nos llevaría a casa a descansar hasta el día siguiente.
«Disfruta de cada momento».
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