Grecia

Que ver en Atenas. Primer día, la Acrópolis

Segundo día en Grecia y hoy nos tocaba ver las calles de Atenas. Nos levantamos pronto y tras desayunar en la habitación y ducharnos, nos dispusimos a coger el metro.

Para hacer más interesante el viaje, resulta que nos dimos cuenta de que nos habían roto una ventanilla del coche de alquiler y abierto los asientos de atrás, pero no llevábamos nada de valor, solo unas botellas de agua.

Así que lo de madrugar, lo utilizamos para ir a comisaria (gracias al dueño del hotel que muy amablemente nos indicó donde estaba). Fuimos a poner la denuncia y después al aeropuerto para que nos cambiasen el coche y ver que podíamos hacer.

Como no cogimos seguro, nos tocó pagar la ventanilla, 70€, pero si hubiésemos tenido seguro, igual hubiesen sido 15-20€ todos los días (unos 50€ de diferencia por no llevar seguro, pensarlo antes si cogéis coche 😉 ).

Tras cambiar el coche (encima por uno peor), volvimos al hotel, donde el dueño nos dijo que si podía, le echaría un ojo.

Plaza Sintagma

Ya por fin cogimos el metro y emepezamos a ver Atenas. Nuestro primer destino fue la Plaza Sintagma, donde se encuentra el Parlamento Griego. En su parte baja se encuentra la Tumba al Soldado Desconocido, custodiada por una patrulla de la Guardia Nacional con sus famosos uniformes (y unos ruidosos zuecos muy monos con pompones).

Este día no pudimos ver el cambio de guardia (versión resumida todos los días cada hora 24 h/día, versión solemne domingos a las 11h) ya que teníamos que esperar 45 minutos hasta la siguiente, así que decidimos continuar nuestro camino y verlo el siguiente día que íbamos a estar en Atenas. Así que fuimos hacia el Estadio Panathinaikó atravesando el Jardín Nacional de Atenas, que encierra algunas ruinas antiguas, capiteles corintios con columnas, mosaicos, etc y un Museo Botánico con una gran variedad de animales y plantas.

Estadio Panathinaikó

Ya llegamos al estadio  de atletismo en Atenas, que acogió la primera edición de los Juegos Olímpicos Modernos en 1896. Reconstruido a partir de los restos de un antiguo estadio griego, es el único estadio en el mundo construido enteramente de mármol blanco y uno de los estadios más antiguos del mundo.

Cuenta con una exposición con las antorchas y carteles de todos los Juegos Olímpicos Modernos. Viene con audio guía que te la dan al comprar la entrada.

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Vistas del Estadio Panathinaikó

Para visitar el estadio, una vez que has visitado la exposición, el resto de la visita es por libre, puedes subir las gradas, pasearte por la zona interior a la pista de atletismo, sentarte en los “palcos VIP”, correr los 100 metros lisos e incluso subirte al podio.

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Pistas del estadio Panathinaikó

Templo de Zeus Olímpico

Un poco cansados de tanto deporte 😀 fuimos al templo de Zeus Olímpico, terminado en el siglo II d.C, medía 96 metros de largo y 40 metros a lo ancho,  y contaba de 104 columnas corintias de 17 metros de alto, de las cuales, solo se mantienen en pie 16.

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Templo de Zeus Olímpico

Salimos y fuimos dirección a la Acrópolis, pasando por el Arco de Adriano, muy semejante a un arco del triunfo romano. Antes de entrar al Acrópolis, decidimos hacer una parada antes para comer.

Vimos una calle en frente de la puerta llena de bares y restaurantes de comida típica y nos sentamos en uno a comer. La calle es Makrigianni y casi todos los bares/restaurantes tienen Wifi gratis al consumir, la contraseña suele venir el ticket.

Tras reponer fuerzas con una cerveza fresquita y una buena comida (y barata), entramos en la Acrópolis Si vais a realizar la visita en verano, os recomiendo hacerla a primera hora, nosotros fuimos en marzo y se pasa mucho calor.

Acrópolis

Desde la entrada (hay dos, una cerca de Sintagma y la otra más cerca de la Ágora) vais a poder contemplar los restos de lo que fueron las edificaciones, tales como columnas, techos, capiteles y el antiguo Teatro de Dionisio. Al seguir avanzando, nos encontraremos a nuestros pies (Acrópolis  significa “ciudad alta”, y la de Atenas está a 156 metros) con el Odeón de Pericles (lugar destinado a la música y espectáculos).

Seguimos subiendo, y por fin llegamos a la parte alta. El primer templo que vimos fue el destinado a Erecteion, construido en el año 421 a.C. Famoso por la Tribuna de las Cariátides, con seis columnas en forma de mujer (todas ellas replicas, cinco de ellas están en el Museo de la Acrópolis y la última, donde si no, en el British Museum de Londres).

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Templo de Erecteion y su Tribuna de las Cariátides

Partenón

Pasado el Templo de Erecteion, está el famoso Partenón, terminada su construcción en el año 432 a.C, es uno de los principales templos dóricos que se conservan. Verlo en pie aún es algo impactante, cómo tantas columnas se pueden mantener en pie durante más de 2.000 años.

Actualmente están restaurando las columnas para, según nos contó un lugareño, dejarlo como en la antigüedad (fijaos en los colores de las columnas 😉 )

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El Partenón de la Acrópolis de Atenas

Tras ver Atenas desde la explanada donde se encuentra el Partenón, bajamos dirección a la otra salida, para ir al parque de Filopapos.

Antes de entrar, nos sentamos en una terraza a tomar un café para reponer un poco de fuerzas, ya que el calor que había en la Acrópolis nos dejó muertos.

Parque de Filopapos

En el parque podréis contemplar la Ágora Antigua, la colina de las ninfas y el monumento a Filopapos en la cumbre. Desde la cima si puede ver una excelente vista de la Acrópolis y de Atenas, El Pireo y el Golfo Sarónico.

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Colina de las ninfas

Salimos del parque por la parte donde se encuentra un observatorio hacia la calle Apostolou Pavlou, una pequeña calle peatonal donde hay restaurantes y puestos de vendedores ambulantes vendiendo cuadros de Atenas, artesanía creada por ellos, libros, etc. Esta calle llega a la parada de metro de Thissio, y detrás, una pequeña iglesia ortodoxa enclaustrada entre una vegetación que la hace verse más pequeña de lo que es.

Metro de Thissio

Desde la plaza del metro sale la calle Adrianou, la cual está llena de bares y restaurantes para poder comer. Nos sentamos en la terraza con estufas para degustar un plato típico de allí, un Gyros (similar a los tacos mexicanas o al kebab turco).

Con la barriga llena, seguimos caminando por esta calle rumbo a la parada de metro Acrópolis pero por unas calles que no nos gustaron mucho ya que estaban muy oscuras y sin gente.

Ya por fin llegamos a la estación de metro de la Acrópolis, que como había dicho, es directa hasta nuestro hotel. En la estación nos llamó la atención que había esculturas en los pasillos (y sin sufrir actos vandálicos, y eso que estaban al alcance de todos).

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Vistas de Atenas y El Pireo desde la colina de las ninfas

Ya llegamos al hotel y, sin más, nos metimos en la cama a recuperas fuerzas para el día siguiente.

Hay una entrada combinada que merece mucho la pena y la puedes usar varios días para ver Atenas, que incluye:

  • La Acrópolis
  • Teatro de Dionisio
  • Ágora Antigua y su museo
  • Ágora Romana
  • Recinto arqueológico de Kerameikos
  • Templo de Zeus Olímpico
  • Biblioteca de Adriano

«Disfruta de cada momento».

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Javier Esteban del Río
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