Estados Unidos

Valle de la Muerte en un día

Vamos a ver Death Valley en nuestro tercer día en Las Vegas. Aunque por el nombre no de mucha confianza, es obligada su visita.

Nos levantamos temprano, ya que se encuentra a 220 kilómetros de Las Vegas, unas dos horas y media de trayecto.

Antes de llegar (nosotros fuimos por la carretera que va por el norte, la 95) hay una gasolinera con temática alienígena. Esto es porque en algún lugar cercano, se encuentra el Área 51.

Os recomendamos que llenéis el deposito. Nosotros nos la jugamos y para poder terminar de ver Death Valley tuvimos que volver. También aprovechar y comprar agua fresquita para guardarla en la nevera, así como hielos (si no los llevabais desde Las Vegas) y algo de comer (estuvimos unas 4-5 horas allí).

Death Valley está entre California y Nevada. En verano es uno de los puntos más calurosos de la Tierra junto con los desiertos de África y Oriente Medio. Se ha llegado a alcanzar en 2006 la temperatura de 58,1º C.

Que ver en Death Valley

Hay diferentes rutas para poder ver el valle. Nosotros recorrimos parte de la carretera de Badwater, que sale a la izquierda antes de llegar al Centro de Visitantes de Death Valley (allí os podrán informar de las diferentes zonas para visitar, acceso a las zonas para dormir o echar gasolina, cosa que nosotros no sabíamos 😀 , pero bastante cara).

Devil’s Golf Course

Empezamos nuestro recorrido en Devil’s Golf Course. Desde la carretera, sale a vuestra derecha una carretera sin asfaltar en buen estado y en menos de 10 minutos llegareis. El suelo es desértico con una gruesa capa de sal y rocas cubiertas de este mismo mineral.

Natural Bridge

Continuamos nuestro recorrido hacia Natural Bridge. Tras aparcar, habrá que andar unos 800 metros para llegar a ver este puente natural en la roca. Una vez salgáis a la carretera desde Devil’s Golf Course giráis a la izquierda y, a unos tres kilómetrosestá el parking.

Badwater

Tras dar una pequeña vuelta por Natural Bridge, seguimos para ver el punto más famoso de todo Death Valley, Badwater. Es el punto más bajo del hemisferio occidental con 85,5 metros bajo el nivel del mar.

Hay toda una zona protegida de salinas, empieza justo en el aparcamiento y termina en Devil’s Golf Course. Si no hace mucho calor puedes darte una vueltecita (son 500 Km2, no os perdáis 😀 ). Se pueden observar un par de agujeros en el suelo justo al salir de la plataforma de madera, en ellos puedes meter la mano y tocar el agua… que más bien ¡está fría!.

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Badwater

Artist’s Palette

Después de ver el lugar más alejado de nuestro camino por Death Valley, volvimos sobre nuestros pasos. En vez de seguir por la carretera principal, pasado el desvió de Devil’s Golf Course, a mano derecha sale la carretera que nos llevara hasta otra maravilla de la naturaleza, Artist’s Palette. Esta es una carretera de 15 kilómetros  y  de un único sentido, por eso la hicimos a la vuelta.

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Artist’s Palette

Para fotografiar Artist’s Palette es mejor hacerlo a mediodía. La gracia de este lugar es el color que han adquirido las rocas, en tonos verdes, amarillos y rojos, provenientes de la oxidación de la mica, hierro y manganeso.

Zabriskie Point

Tras recorrer los 15 kilómetros de carretera (agárrense que vienen curvas 😀 ), nos quedaban dos puntos más por ver (mejor dicho ir para ver las vistas), pero como os contaba al principio, nos quedábamos sin gasolina así que paramos en Zabriskie Point (nos pillaba de paso) y tuvimos que volver a la gasolinera del Área 51, repostar (aprovechamos para comprar algo de comer y más agua), y volvimos de nuevo hacia nuestro último punto, Dante’s View.

En Zabriskie Point, tras aparcar el coche, subimos por una pequeña cuesta de un kilómetro aproximadamente y, tras llegar arriba, nos encontramos con un mirador y unas vistas a unas formaciones montañosas de colores ocre  que nos dejaron con la boca abierta.

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Zabriskie Point

Dante’s View

Tras pasar la odisea de la gasolina, llegamos a Dante’s View. Para llegar hay que subir por una carretera bastante empinada (como un puerto de montaña, lleno de curvas, me encanta 😀 ), pero se sube bien. Lo mejor es cuando te bajas del coche y puedes vislumbrar (si el tiempo lo permite) lo que puede hacer la madre naturaleza, formaciones rocosas al fondo y un “mar” de sal que se extiende hasta donde no alcanzas a ver.

Dante’s View, se encuentra a 1.700 metros de altura y, desde aquí arriba, podréis observar Badwater, el lugar más bajo del hemisferio occidental con 85,5 metros.

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Vistas de Badwater y Devil’s Golf Course desde el mirador de Dante’s View

Red Rock Canyon

Ya completamos nuestra visita a Death Valley y para volver a Las Vegas lo hicimos por la carretera 160, desviándonos unos kilómetros antes de llegar para ir a visitar Red Rock Canyon. Como en Death Valley nos retrasamos con el problemilla de la gasolina, llegamos tarde para poder entrar (de 8 a 16:30 y son 7$ por vehículo), así que nos paramos en la valla de entrada, sacamos unas fotos y continuamos rumbo al hotel.

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Red Rock Canyon

Tras darnos una ducha y asearnos un poco (aunque tuviésemos aire acondicionado en el coche, ver Death Valley con 45º C de nota 😛 ), salimos a recorrer los hoteles cercanos al nuestro y la famosa Freemont Street.

Hotel-Casino Circus Circus

Lo bueno que tiene Las Vegas es que puedes ir bebiendo por la calle sin que te digan nada, al igual que el entrar en los hoteles con bebida de fuera (de ahí, parte de lo de la ciudad sin ley). Nos compramos una cerveza (más barato que en un hotel o en un bar) y pusimos rumbo al Hotel-Casino Circus Circus, que lo teníamos enfrente.

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Hotel-Casino Circus Circus

En la puerta tienen una escultura de un payaso regordete la mar de mono, al cual parece que le gusta la cerveza 😀 . Una vez dentro, nos sentimos como niños en un parque de atracciones: espectáculos de acróbatas en un circo, máquinas de juegos y de conseguir peluches, y como no, su casino.

En el Circus Circus, fue donde hicimos nuestra primera y única apuesta en Las Vegas. Jugamos 10$ a la ruleta y los perdimos a la primera 😀 . Para poder jugar, tienes que poner mínimo en la mesa 10$, aunque sea en diferentes números pero, sí o sí, tienes que jugar ese mínimo.

Hotel-Casino Stratosphere

Tras perder nos enfadamos y nos fuimos, jajaja, es broma, no nos enfadamos pero sí que fuimos hacia el Hotel-Casino Stratosphere.

Ya era de noche y teníamos hambre, así que nos paramos en un restaurante en el Stratosphere ambientado en los años 60-70 (nos recordaba a la película de Gresase) a comer una hamburguesa, y MENUDA HAMBURGUESA.

Tras terminar de cenar semejante “bicho”, teníamos pensado subir a la torre de 350 metros del hotel, pero la comilona nos lo hizo pensar mejor (tendremos que volver 😀 ). En lo alto de la torre podréis montaros en las atracciones que tienen:

  • Big Shot: la más alta del mundo.
  • Insanity the Ride: la segunda más alta del mundo. Hace que las personas cuelguen sobre el borde de la torre y luego gira circularmente aproximadamente a  64 km/h.
  • XSCREAM: la tercera más alta.

Ya solo nos quedaba una cosa por ver ese día y era subir a Freemont Street. Para ello cogimos el autobús DEUCE en el Strip (es el más famoso y utilizado de Las Vegas. Este autobús de dos plantas recorre el Strip haciendo paradas en todos los hoteles. Es una buena forma de ahorrar en taxis y no pasar calor. Opera las 24 horas del día, comenzando en Las Vegas Outlet Center y llegando hasta la Calle Fremont).

Más información actualizada Covid-19 de las líneas de autobús.

Freemont Street

Cuando llegamos a Freemont Street no sabíamos cómo entrar. Empezamos a meternos por hoteles y a seguir los carteles que nos llevaban hasta una de las entradas (conseguimos entrar por el Golden Nugget), pero no sin antes, sufrir para entrar.

Resulta que en Freemont no se puede entrar con mochila (de ningún tipo, ni de las de tela plástica de correas) el primer viernes de cada mes, ya que cortan la calle y la hacen completamente peatonal, para así evitar que pueda ocurrir cualquier tipo de atentado. Bien, pues todo esto no lo sabíamos.

Tras explicar medianamente que habíamos cogido un autobús, que veníamos desde España, etc, un trabajador muy amable, nos revisó la mochila y nos dijo que le siguiésemos mientras nos decía que la escondiésemos un poco y así fue como conseguimos entrar.

Una vez dentro no podíamos creer lo que estábamos viendo. Era una ciudad dentro de otra ciudad, y una película dentro de una película, es algo que hay que verlo en persona para poder entender la cara y la sensación que teníamos en ese momento.

Estaba llena de luces, con espectáculos e incluso conciertos en cada esquina. Pudimos ver la pantalla de 426 metros de largo y colocada a 27 metros de altura con imágenes que van cambiando y dando color a un “cielo” artificial y, bajo ella, por unos railes de punta a punta, acróbatas volando sobre nuestras cabezas.

Cuando terminamos de recorrer Freemont, estaba lloviendo y nos tocaba volvernos en autobús. Cruzamos el hotel para buscar una salida más cercana a la parada.

Al día siguiente nos esperaba un lugar que si antes nos tenía enamorados, ahora más, el Gran Cañón.

«Disfruta de cada momento».

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Javier Esteban del Río
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Un comentario en «Valle de la Muerte en un día»

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